20070725

LA PISTOLA QUE CAYÓ EN EL RÍO WHISKAH (I)

Ella imagina esto:


Kurt odia que lo llamen Kurty.

Estamos en una ciudad de mierda. Estamos en el Puto Culo del Mundo. Esta es la ciudad que en algún momento de su historia registró el mayor índice en la tasa de suicidios de todo el país. Un agujero rodeado de fábricas de armamentística. En algún momento de la década de los ochenta. En esta ciudad el cielo siempre está gris. En esta ciudad el río siempre huele mal. En esta ciudad la desgracia acampa en los jardines de todas las casas donde aun ondean algunas banderas con barras y estrellas.

Esta ciudad se llama Aberdeen, en el estado de Washington, en Los Estados Unidos De América.
Y, como ya se ha explicado, Kurt odia sobre todas las cosas que algún gilipollas tarado lo llame Kurty.

20070723

PRÓLOGO: La estación de los ESN

En algún momento de mi tránsito por el páramo underground de los ESN (o Escritores Sin Nombre), un tren paró frente a mí. La estación estaba vacía. Nadie esperaba sentado. La densidad de la soledad hacía chirridos contra los sucios azulejos de las paredes. El tren abrió sus puertas. No dudé.

Entré.

Aun no lo sabía, pero ese tren me iba a llevar a la Asociación. Cuando salí de él me hallaba en un cuarto gigantesco, lleno de estanterías combadas por el peso de miles y miles de cuadernos.
Allí estaba Rodrigo.

Él leía uno de esos cuadernos. Su rostro no auguraba buenos pensamientos. Había cierta desilusión que se incrementaba a medida que pasaba las hojas. Una y otra vez. Una y otra vez.
Cerró el libro y se marchó. Y yo lo seguí.

Ahora está ahí, escribiendo. En la sala llena de gente que también está escribiendo. No levanta la mirada. Ahora Rodrigo tiene rostro. Pero sigue sin voz.

Su voz siguen siendo las palabras escritas.

Rodrigo se obsesiona por ciertas cosas. Rodrigo se parece a todo el mundo. Suelen gustarnos cosas que gustan a gente que apreciamos. Es la curiosidad de saber si podemos cimentar vínculos entre esa persona y nosotros, nuevos enlaces, detalles en común. Algo de lo que hablar animadamente sin cansarse el uno del otro.

Claudia solía hablar de Kurt Cobain. A Claudia le encantaba Nirvana.

La noche que Rodrigo pasó con ella, Claudia no pudo reprimir el impulso de hablar Kurt Cobain. La habitación era pequeña. La capacidad del cenicero se mostró insuficiente para almacenar tantas colillas estrelladas. Hablaron. Mientras las sábanas no se tapaban los oídos entre murmullos y asentimientos, ellos parecían no temer el nacimiento de un nuevo día. Y todo lo que ello puede significar.

-Kurt era un dios, ¿sabes? O mejor: era un ángel. Un ángel caído que no es malo, solamente desgraciado. Eso es. Yo me imagino a los ángeles como Kurt. Rubio, ojos profundos. Era guapísimo. Dicen que lo asesinaron, y quizá fue así. No lo sé. Pero entonces ya no sería un mito. Para mi Kurt se quitó la vida. El suicidio le dio esa imagen de… No sé, de algo por encima de todo. El suicidio es la única forma en la que la gente debería dejar este mundo de mierda. Como hizo Sócrates, o esos samuráis que perdían la batalla. Qué le den por el culo al destino. A la puta muerte. Les haces un corte de manga y te cortas las venas –sonrió para sí misma-. En fin. Una vez estuve a punto de ver a Kurt. Fue en un concierto, pero al final fue suspendido. El mayor disgusto de mi vida. La mayor putada que me han hecho, lo juro. Después habrán venido otras, lo sé, pero esa fue cruel. Demasiado cruel. Una hijoputada… Había estado haciendo cola durante una semana ¿Para qué? Ya ves… Para nada.

Claudia asiente y su boca esboza una sonrisa en cuyas grietas se percibe melancolía y desencanto. Mezclas proclives al hundimiento. Luego se pasa el pelo por detrás de la oreja y su mirada se vuelve pensativa hacia algún punto del cuarto. Entonces yo, tan cercano como tan lejano, me remuevo en mi asiento y gozo con las historias que se cuelan en el vientre de otras historias como el esperma que se mece in utero. Rodrigo se obsesionó con Kurt Cobain al igual que Claudia. Rodrigo se obsesionó con Kurt Cobain porque Claudia estaba obsesionada con Kurt Cobain. Así de extraña es la compleja inercia de los sentimientos. Y quizá por ello la historia de Rodrigo se cruza con otras historias.

Mi metro se acerca. El chirriar sobre los raíles se oye en toda la estación.

Bienvenidos a la procreación de un virus.

-Tantas veces he imaginado la vida de Kurt… –dice Claudia.
(Continuará...)

LA PISTOLA QUE CAYÓ EN EL RÍO WHISKAH


Parece que Kurt Cobain vuelve a estar de moda (ahora, con el estreno de esa oda a la más absoluta nada, la minimalista Last Days, de Gus Van Sant). Esto que cuelgo hoy es el comienzo de una especie de relato basado en hechos ¿reales?, que escribí hace algún tiempo para una novela corta, y que servía como una interferencia, como un sueño o un delirio de una de las protagonistas, Claudia, la suicida en potencia.
Así pues, WELCOME TO ABERDEEN, WASHINGTON (posible trasunto de un pueblecito llamado Twin Peaks).
Espero que os guste la lecutura. Un saludo

20070722

La canción del día...


HYPER CHONDRIAC MUSIC, de Muse (Hullabaloo Sountrack)

Nocilla o la Spanish Next Generation

A raíz del artículo aparecido en el Cultural el pasado domingo 22 de julio, (http://www.elcultural.es/HTML/20070719/Letras/Letras21006.asp), hoy toca hablar de esa nueva marea de jóvenes promesas aparecidas en el ámbito de las letras en nuestro país: la recién bautizada Generación Nocilla (denominación referente a la novela-mutante de Agustín Fernández Mallo, Nocilla Dream, que abandera este ¿movimiento?) (1)

Como queda bien reflejado en el artículo, hay voces que odian el nombre (Lolita Bosch), otros que argumentan su no-pertenencia al grupo (Javier Calvo), otros que se resignan a cargar con el muerto (Mario Cuenca) y muy pocos que la aceptan con entusiasmo. De hecho, como dice Vicente Luis Mora en su blog, hay escritores que a los que ni siquiera conoce... dando este dato una perspectiva de la situación, la diáspora en la que se halla esta clasificación. Pero eso siempre sucedió: todo queda, casi siempre, bajo los intereses de las editoriales y la crítica, de los entresijos del marketing, de la búsqueda de la venta, no sólo el día de San Jordi(2)


La Editorial Seix Barral jugó a la baraja del encasillamiento con algunos nombres como Allende, García Márquez, Vargas Llosa, etc... y se sacaron de la manga el mundialmente conocido "BOOM"..., que, por supuesto, dio a conocer a estos escritores a Europa allá por los setenta, pero que, con el tiempo (por que ha llovido desde entonces), se ha visto que no había apenas cohesión entre ninguno de sus "pertenecientes". Y con el tiempo, sucederá lo mismo con esta Nocilla Generation, este boom de tardomodernos, como se los ha calificado también. Qué sólo tienen en común la edad entre sus integrantes y poco más. Quizá se les pueda englobar dentro de una tendencia irrefrenable, ya no de apocalípticos, sino de integrados: el derrumbe del muro existente entre la zona occidental o alta cultura -sobre todo literaria: la Literatura como tal, o los grandes nombres de la historia Literaria- y la zona oriental o cultura de masas -basada en la imagen en general: los anuncios televisivos, los comics, los programas-basura, el cine de serie B...-, asumiendo o creando una nueva forma de cultura que conjuga cultura y contracultura: llámenlo síntomas del siglo XXI, llámenlo post-cultura, como gustará a muchos, o afterpop, como Eloy Fernández Porta (3)


Cualquiera de estos nuevos intelectuales son la imagen de la nueva intelectualidad, donde comulga lo canónicamente cultural y lo modernamente freak: ya no es "sólo sé que no sé nada", sino "sólo sé algo cuando lo sé todo".

NOtas:
(1)(Aclararé: sólo he leído a algunos de los autores citados en el artículo, entre ellos Javier Calvo -que ha terminado por decepcionarme- y Milo J. Krmpotic -del que espero nueva obra-. Tengo ganas de leer el muy referenciado Nocilla Dream. Pero aun más ganas tengo de devorar alguna novela de Lolita Bosch, sobre todo "Tres historias europeas". El título promete)
(2)(Hay que dar gracias, eso sí, a editores que cambien de aires: ¿quién no está harto de tanto código, conjura, da vinci, michellangelo, merovingio, templario?)
(3)("el pop ha muerto: lo que queda ahora es una reconstrucción de la alta cultura realizada a costa de sus ruinas. Huelga decir que ese término no es nacional ni generacional."http://vicenteluismora.blogspot.com/)

20070721

La canción del día...


MUNICH, de Editors (The Black Room)

20070720

Viajeros



Roberto Bolaño no es Dios, pero sí es una deidad mayor, si consideramos a la Literatura como un microcosmos o como un aleph que contiene otro mundo en sí mismo, entre sus páginas impresas: nuestro propio universo real. O quizá es mejor llamarlo mito: su vida ha acabado siendo devorada por las fauces de la leyenda, fagocitada y reconstruida bajo los canones de lo mítico en una vivencia nada casual, itinerante, al límite; en una cosmología factible sobre lo que ha sucedido en los últimos cuarenta años. Su misma imagen es ya sugerente: ataviado con sus gafas redodeadas, lennonianas, un eterno cigarrillo entre los dedos o entre los labios, ese aire desdejado, el tono gris que parecía acompañarlo siempre... Todo en Bolaño inspira, de alguna forma.


Acabo de leer el último de sus volúmenes de relatos, El secreto del Mal (salido en conjunción con la summa poética de Bolaño, La Universidad Desconocida), publicados póstumamente, igual que su obra magna, 2666, aquella hiper-novela dividida en cinco segmentos, sobre los que levitaba un fantasma y un cementerio, como si de un pastiche gótico se tratara: Benno Von Archimboldi y la ciudad fronteriza de Santa Teresa. Como siempre, en cualquier ocasión que he tomado un libro de este autor y lo he leído, he sentido lo mismo: que el mundo que Bolaño describe en cada uno de sus relatos es tan, o más, verdadero como aquel en el que nosotros, los lectores impresionables, vivimos, leemos, morimos.

Dice el editor de Bolaño que su obra está construida sobre los cimientos de lo nunca acabado, de lo inconcluso. Es así, por supuesto. Los finales de Bolaño nunca son finales (quizá no le gustaban las despedidas), sino puertas hacia otra fase de la literatura, aquella que no se lee: la reflexión. No era mal jugador, Bolaño; su mayor triunfo es crear en sus obras (y en mayor medida, en sus perfectísimos cuentos), una especie de humus gelatinoso que se adhiere al pensamiento. Justo cuando uno cierra un libro de Bolaño, aparece un sentimiento violento: una terrible nostalgia por haber terminado ya, haber sido extraditado de esas páginas, esas historias. Es un perfecto creador de ambientes. Me encanta de Bolaño la atmósfera que impregna a sus escritos (algunos ejemplos son William Burns, del volumen Llamadas Telefónicas, o Últimos atardeceres de la tierra, de Putas Asesinas), esa aparente normalidad cercana al David Lynch de, por ejemplo, Terciopelo azul, que esconde misterios de los que nunca obtendremos una resolución. Los enigmas que surgen en las fracturas apenas reconocibles que contiene la existencia, que han estado ahí siempre. La genialidad y la sorpresa de ver que con un simple detalle que no tiene explicación, la tensión y la incertidumbre están servidas.

Somos, por lo tanto, meros turistas, siempre que leemos. En Bolaño es más fácil sentirse así, como un japonés que fotografía insistentemente lo que ve. En algún lugar leí lo que diferencia a un viajero de un turista: el viajero viaja, el turista no. Se le podrá negar muchas cosas a Roberto Bolaño (muchas cosas que nunca sabremos, porque es lo que pasa con los mitos y la implacable impertinencia de los que lo rodearon para hacer de su biografía una hagiografía), pero no la de ser un viajero nato. Un espectador itinerante, un poeta suicidad o un detective salvaje o un perro romántico o un realvisceralista o un archimboldiano, todas esas denominaciones que significan lo mismo: al oficio de escribir como una experiencia vital o la vida como único terreno sembrado donde recoger aquello de lo que se alimenta la literatura.

Ahora Bolaño, a ya casi cuatro años de su muerte, ha entrado en un panteón en el que tiene como vecinos de ultratumba a stars como Burroughs, Bukowsky, Rimbaud, Scott Fitzgerald, Hemingway, K. Dick. Gente nada corriente (repelidos por lo cotidiano) aventureros en las postrimerías de la Aventura que, a diferencia del pope Borges, verdadero Dios-Sol de la literatura Latinoamérica en general y de la fantástica en especial y de la universal en concreto, y que dijo que había vivido a través de las lecturas que había hecho, han surcado los siete mares de la experiencia, y son esos mares su más alta inspiración. Gente que hicieron que su vida fuera más ficción que la propia ficción que escribieron.


Gente intrigante. Viajeros cuyo destino fue el no tener ningún destino.

Imágenes para la II Guerra Fría (ii) El fin de la historia y el último hombre

En 1992, y a raíz de la caída del Muro de Berlín y el bloque comunista, un eminente politólogo/sociólogo/filósofo, Francis Fukuyama, publicó el que sería su libro más conocido (y por el que él sería conocido): El fin de la historia y el último hombre.
No me extenderé demasiado en la tesis de la obra. Realmente, Fukuyama no anunciaba el fin de la historia, sino el triunfo del modelo democrático-capitalista como única base para la sociedad del futuro. Esto es, que la imagen exportada por los Estados Unidos y adoptada por los demás paises de Occidente, y a la que el Comunismo se oponía como único rival en el plano socio-político de lo que se llamó la Guerra Fría, era el último estadio de la evolución al que el hombre podía aspirar como animal en sociedad.
Fukuyama concibe ese mundo post-historia dominado ya no por las ideologías (que ya no son necesarias) sino por la Economía (que seguirá moviendo el mundo). Es una imagen de, también, la consecuencia extrema del colonianismo y, por lo tanto, del neocoloniasnimo, más conocido como Globalización.

Imágenes para la II Guerra Fría


Fukuyama se equivocó: el fin de la historia no ha llegado aun.

¿Será para bien, o para mal?
Imágenes de la explosión de una tubería en el centro de Manhattan, hace un par de días. Fue considerado inmediatamante como un nuevo atentado terrorista.

La primera vez que vine a Salamanca...

http://salamancamysteriesdiary.blogspot.com/